viernes, 26 de agosto de 2011

Un viaje sorpresa

José Miguel Roman Francés, pintor español (1950)


Un antropólogo llamado Francis Lugones viaja en lancha con poco equipaje hacia la isla paradisíaca de Malasia, va a realizar un trabajo para el que fue contratado, usa un traje de pulóver con chaqueta, y un pantalón de vestir negro. Vive en la ciudad de Indianápolis capital de Indiana.
En el viaje conoce a una mujer de extraña belleza, que camina con un movimiento muy sensual y lleva en su cabellera una pinza con dibujos de flores que la hace lucir muy atractiva.
 En ese momento los dos empiezan a tener una relación que los compromete a realizar una expedición a esa isla que los embarca en un sueño que se reitera hasta confundirse con la realidad. En el paseo él le muestra sus objetos de investigación por si se pierden, lleva consigo, una brújula, una lupa y su ropa necesaria con los elementos de aseo y por las dudas  un invento que preparó por si le surge una situación desfavorable, mientras van por el camino se desata una tormenta que los hace perder en medio de una espesa capa de arena. Entonces decide sacar su brújula para ver si se ubican así pueden seguir su rumbo y al llegar al país de destino, busca el lugar al que le indicaron que debía dirigirse y descubre que no existe, pero se encuentran con un duende llamado Hasper, que usa una blusa marrón, sombrero verde y zapatillas azules y detrás de su espalda una capa transparente. -¿A dónde van le pregunta el duende? –A una misión prohibida que nos comunicaron por teléfono, un señor llamado Antonio Machado nos dijo que vengamos hasta acá para ver si encontrábamos algún recuerdo de momentos compartidos pero hasta ahora no encontramos nada, si quieren pueden venir a mi casa que está atrás de aquellas rocas gracias amigo, en el camino mientras iban para allá apareció un anillo mágico que flotaba en el aire, se preguntaron: -¿Qué será eso? En ese momento el anillo se metió dentro de su bolsillo y cuando llegaron al hogar de hasper, la mesa estaba puesta pero el había desaparecido por arte de magia, fue ahí que sacó el anillo y al ponérselo en el dedo lanzaba fuegos de luces que rebotaban por todo el lugar.
Detrás de ese buen amigo que los invitó se escondía un ser maligno que si quería podía convertirse en un gigante, con sólo usar una vara que tenía. Por eso Francis resuelve volver al lugar de partida, pero para lograrlo debe vencer innumerables obstáculos, objetos movidos con la vara del duende, una ráfaga de viento que hace volar los techos de las casas, una tempestad de lluvia que los hace naufragar con su lancha, pero saca el anillo y se lo apunta en medio de la vara y todos sus poderes quedaron congelados así llegan sanos y salvos a su ciudad de origen.

                                                                                                                           Natalia Julieta Mandrile
                                                                                                                           Morteros, 26/08/2011

viernes, 12 de agosto de 2011

GLOTONERÍA MÍSTICA

A orillas de un río, verdoso y caudaloso, bañado por sus causes, un monje tibetano
habilidoso para tener buenas relaciones con la gente de ese lugar, se encontró con un pescador que cocía en una marmita una sopa de pescados y se decían:
--¿Cómo hiciste esto? Dijo el monje.
Y el otro repuso:
--¿Y cómo querías que lo haga?
El monje, sin decir palabra, se bebió la marmita de sopa hirviendo. Después que terminó se empezó a poner colorado del calor que le provocó esa comida. El pescador le reprochó su glotonería.
¡Ah, no! Que hice para tomar esta porquería no estoy más para bancarme otro desprecio. El  monje  entró en el agua y orinó: Salieron los peces que había comido y se fueron nadando.

                                               

 

                                                                                                                                 Natalia Julieta Mandrile
                                                                                                                                 Morteros, 05/08/2011

TRISTE HISTORIA DE AMOR



Como hábiles y primorosos plegados, como hojas plateadas que movía el viento

hacía pajaritas de papel que te susurraban al oído un canto de ensueños, y a solas,

en la intimidad de su cuarto, les enseñaba a volar.

Una tarde de otoño, un fuerte viento abrió la ventana, y en una ráfaga propicia, luz

plateada, escaparon en bandadas todas las pajaritas, como pimpollos dorados que

surcaban el cielo.

Desengañado y dolorido, el hombre redoblo muy delgado su manto plateado, y

largo su más fino papel, hoja traslucida al sol, y con él se atravesó el corazón.







Natalia Julieta Mandrile
Morteros, 05/08/2011

viernes, 5 de agosto de 2011


TRISTE HISTORIA DE AMOR

Como hábiles y primorosos plegados, como hojas plateadas que movía el viento

hacía pajaritas de papel que te susurraban al oído un canto de ensueños, y a solas,

en la intimidad de su cuarto, les enseñaba a volar.

Una tarde de otoño, un fuerte viento abrió la ventana, y en una ráfaga propicia, luz

plateada, escaparon en bandadas todas las pajaritas, como pimpollos dorados que

surcaban el cielo.

Desengañado y dolorido, el hombre redoblo muy delgado su manto plateado, y

largo su más fino papel, hoja traslucida al sol, y con él se atravesó el corazón.






Natalia Julieta Mandrile
Morteros, 05/08/2011
GLOTONERÍA MÍSTICA
A orillas de un río, verdoso y caudaloso, bañado por sus causes, un monje tibetano

habilidoso para tener buenas relaciones con la gente de ese lugar, se encontró con

un pescador que cocía en una marmita una sopa de pescados y se decían: --¿Cómo

hiciste esto? Dijo el monje.

Y el otro repuso: --¿Y cómo querías que lo haga?

El monje, sin decir palabra, se bebió la marmita de sopa hirviendo. Después que

terminó se empezó a poner colorado del calor que le provocó esa comida. El

pescador le reprochó su glotonería.

¡Ah, no! Que hice para tomar esta porquería no estoy más para bancarme otro

desprecio. El monje entró en el agua y orinó: Salieron los peces que había comido

y se fueron nadando.









Natalia Julieta Mandrile
Morteros, 05/08/2011
EL PERRO ESCURRIDIZO

El perro escurridizo

va de un lado a otro

corriendo por el piso.

Con su aliento perruno

elige el lugar

para no estar con ninguno.

En la casa de su dueña

sale a jugar con el nieto

mientras ellos prenden la leña.

Cuando escucha a las palomas

sale alborotado

en busca de su aroma.

Entre medio de los arbustos

se mete un ratón

y él dispara apurado

como si le diera con un carbón.

Juega con Manuel

con la música encendida

y disfruta con él

como si fuera un coronel.

Bonitas imágenes de perros



Natalia Julieta Mandrile
Morteros, 08/07/2011